

Lo humano “¿qué fragilidad… qué fragilidad?” – ¿qué plasticidad, qué artificilidad?
Abierta, como está, la “sociedad del riesgo”; y, entendido –como ha sido– que es justamente en la experiencia estética el lugar donde puede procederse –por variaciones imaginativas– no sólo a vivirlo, sino a experimentarlo, a expresarlo, a corregirlo, a reenrutarlo hasta hallar ante él la cada vez más compleja esencia de lo humano. ¿Qué pasa, pues, con los sentimientos, las emociones, el afecto, el amor, la construcción del sí mismo, la vida con los demás o intersubjetividad























