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Paleta

Proyecto presentado en la Sala de proyectos de Nueveochenta, 20 enero - 22 febrero 2022: ver exposición

 

Paleta, en Colombia, es un tipo de helado y también un tipo de golosina, característico por sus colores “neones” artificiales y su sabor también artificial. En pintura, paleta, es tanto un objeto plano sobre el cual se mezclan los pigmentos, antes de ser aplicados sobre la tela, como el conjunto de colores específicos que identifican la propuesta de color de un artista, un movimiento artístico e incluso de ciertos momentos de la historia de la pintura. Se puede pensar esta historia en relación con el acceso a los pigmentos. Con la evolución de la química farmacéutica se logra producir sintéticamente los colores, en el laboratorio y estos procesos potencian y perfeccionan los colores, los lleva a un estado aún más puro del que se encuentra en la naturaleza. Es así como llegamos a una paleta ilimitada de colores producidos en su totalidad de manera artificial. El punto cumbre ha sido la generación de los colores neones, que se utilizaron inicialmente en la publicidad y en la moda, teniendo el momento de mayor furor en las décadas de 1980 y 1990.

 

A mí me interesa esa paleta de colores neón, en especial a una disposición particular de estos colores difuminados, entremezclados, un tipo de color que se pueden llamar holográfico, espectral, iridiscente. Me concentro en esta paleta inicialmente por un gusto y encuentro que, en realidad, es un gusto moldeado en gran medida por objetos de consumo con los cuales conviví en la infancia como juguetes, las mismas paletas y dulces, los accesorios de decoración personal usados en la adolescencia, los colores de los primeros videojuegos. Un gran número de estos objetos estaban “coloreados” con esta paleta. Por otro lado, ese tipo de paleta es la misma que predominada, por ejemplo, en la publicidad que circula por las redes, en los filtros que utiliza la gente para comunicarse a través de las pantallas. Identifico, entonces, dos momentos de la historia personal, y me atrevo a decir que en gran medida de la historia colectiva de varias generaciones que han sido educadas con este conjunto de objetos.

 

Me interesa encontrar esa paleta materializada, por ejemplo en el vinilo adhesivo de efecto iridiscente, y llevarla al ámbito de la experiencia pictórica, de algún modo desligándola del referente. Aludiendo más bien a la vivencia física y el encuentro corporal entre la persona-espectador, y el cuerpo de la obra, el cuerpo de la pintura. Esa experiencia de un tiempo pausado que permite reconocer en un objeto las señales de ciertos gestos efectuados sobre el objeto-pintura como rasgar, pegar, cubrir, preparar la tela, dejar la tela cruda al descubierto, en el caso del primer conjunto de pinturas, el color cambia en la medida en que quien observa se mueve frente a la obra. En otras pinturas de esta serie se busca una afectación del color sobre el cuerpo mediante el uso de una escala mayor que lo sobrepasa. En ambos casos, lo que se busca es enfatizar la experiencia del cuerpo activo del espectador en contraposición a nuestros cuerpos generalmente quietos o pasivos cuando somos consumidores o productores de la imagen virtual.

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